viernes, 13 de abril de 2012

LA DESILUSIÓN INICIAL

La desilusión duró quince días. Es duro trabajar sabiendo que estás despedido. Pero puede ser una buena terapia. Surgen pensamientos de todo tipo. Intentas dejar tu trabajo ordenado, dejar una buena impresión final. Se buscan culpables. El primero es uno mismo. ¿Por qué a mi? Considero fundamental reconocer errores. Es de lo que más se aprende. Te refuerza. Te ayuda a conocer quién y cómo eres. Analizas tus reacciones a impulsos racionales e irracionales. También te ayuda a investigar tus defectos, tus vacíos,… En estos días de desilusión no ves cosas positivas. Solo ves realidades tergiversadas por tu estado anímico. ¿Hay más culpables? Si, los hay. Pero no interesa enfocar tu desilusión en ellos. Se convierte en rabia. La rabia, el odio y el rencor cierran puertas. La serenidad y la tranquilidad las dejan abiertas. Y de eso se trata: “cuando se cierra una puerta se abre una ventana”. Gracias Loles.

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